DE

Derechos Humanos
Cambiando el mundo desde la fraternidad y la capacitación

Valeria Reyes, profesora de la facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, participó en el curso de verano de la Fundación René Cassin en Estrasburgo y comparte sus impresiones.
Valeria Reyes

Participantes del Curso de Verano de la Fundación René Cassin en Estrasburgo - Francia

© Valeria Reyes

Diversas situaciones nos llevan a afirmar que, hoy en día, los derechos humanos enfrentan una crisis de alcance mundial. Probablemente no se trate de una problemática que nos alcance solo hoy. Por el contrario, de manera repetida a lo largo de la historia, numerosos episodios han puesto en cuestionamiento el compromiso verdadero de la comunidad internacional con el proyecto global de los derechos humanos. Quizás la diferencia es que, en la actualidad, a los desafíos ya conocidos, se intersectan otros fenómenos como la polarización, la desinformación, la proliferación de regímenes autoritarios o dictatoriales, las consecuencias del cambio climático, entre otros.

Este contexto que se muestra tan inmenso, complejo y abrumador, tiene un efecto indirecto y en ocasiones poco visible: recortar nuestra esperanza, ideas y motivación como defensores/as de derechos humanos en el cumplimiento de la difícil misión que hemos asumido. Y, aunque podría parecer que se trata de un efecto poco importante, es en realidad uno que corresponde ser atendido con suma urgencia y creatividad. El programa de formación de la Academia Internacional para el Liderazgo de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad atiende de formal cabal esta necesidad. Gracias al apoyo de la Academia, un conjunto de líderes de diversas partes del mundo tuvimos la oportunidad no solo de capacitarnos en distintas materias vinculadas a la protección y promoción de los derechos humanos en nuestras regiones, sino también de contar con un espacio seguro para el intercambio de nuestras experiencias, iniciativas y buenas prácticas.

Entre los meses de junio y julio, 15 defensores/as de derechos humanos viajamos a la ciudad de Estrasburgo, Francia para participar de la 53º edición del Curso de Verano de la Fundación René Cassin sobre Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Penal Internacional; y del Programa Marco sobre Derechos Humanos y Libertades organizado e implementado en su totalidad por la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad. Ambos programas nos permitieron sumergirnos en una reflexión profunda sobre el reconocimiento de los derechos humanos como valores verdaderamente universales y los desafíos que se presentan para su efectiva satisfacción alrededor del mundo.

De manera particular, el curso de verano de la Fundación René Cassin nos ofreció en su primer módulo una visión comparada de los pilares, órganos, instrumentos y avances alcanzados por el sistema universal de derechos humanos de las Naciones Unidas, y por los sistemas regionales de protección de derechos humanos en América y El Caribe, Europa y África. Con dicha base, el curso continuó para explorar otros esfuerzos regionales pa fin de consolidar nuevos sistemas de protección, como ocurre entre Estados de la Liga Árabe, que adoptaron y ratificaron la Carta Árabe sobre Derechos Humanos en 2004, o a nivel de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, que aprobaron la Declaración de Derechos Humanos en 2012.

Durante el segundo módulo, el curso estuvo enfocado en presentar al Derecho Internacional Humanitario (DIH) como el marco jurídico internacional que busca “humanizar” los conflictos armados, para así limitar sus trágicos efectos sobre personas y bienes civiles. Se trató quizás de uno de los puntos más delicados de todos los abordados en las sesiones. Discutir en términos académicos problemáticas que, en el día a día, cobran la vida y bienestar de miles de personas, resulta siempre insuficiente. No obstante, la posibilidad de dialogar acerca de estos temas incorporando un enfoque práctico y compartiendo desde la experiencia de docentes y participantes comprometidos con una eficiente implementación de las reglas del DIH, representa un paso valioso en una tarea de largo aliento.

En última instancia, el tercer módulo del Curso nos permitió estudiar los fundamentos e instituciones del Derecho Penal Internacional. En concreto, analizamos desde una mirada histórica la forma en que el Derecho Internacional contemporáneo ha respondido de manera progresiva a la necesidad de asegurar la rendición de cuentas a nivel individual frente a la comisión de las violaciones más graves a los derechos humanos. Desde el establecimiento de los tribunales militares de Núremberg y Tokio, hasta la fundación de la Corte Penal Internacional, la justicia internacional se ha enfrentado al enigma entorno a la posibilidad de garantizar la satisfacción de la justicia frente a la perpetración de crímenes que parecen irreparables por la gravedad de sus consecuencias. Se trata de un módulo que nos dejó más preguntas que respuestas, pero que también nos retó a pensar de manera crítica en avenidas para prevenir la comisión de crímenes internacionales y para frenar y sancionar a sus autores.

Probablemente, los aspectos más valiosos del curso estén relacionados a los temas que trabajamos y que he tratado de resumir en estos párrafos; o al enorme privilegio de haber recibido capacitación respecto de dichos temas de la mano de expertos/as de las instituciones internacionales más importantes a nivel mundial. Quizás también a la posibilidad de visitar importantes instituciones albergadas en la ciudad de Estrasburgo, como el Consejo de Europa, la Corte Europea de Derechos Humanos o el Parlamento Europeo. Sin embargo, la posibilidad que me brindó la Fundación Friedrich Naumann de conectar con colegas – y ahora, amigos – de distintas partes del mundo, es tal vez el aprendizaje con más amplio impacto que obtengo de esta experiencia.

¿Qué podrían tener en común 15 personas que no comparten raíces, cultura, idiomas o realidades sociales? La respuesta no la conozco con claridad, pero lo que sí sé, es que por cuatro semanas tuve la fortuna de aprender de la valentía y profesionalismo de mis compañeras/os de programa. De conocer sus esfuerzos, sus ideales, su enorme compromiso para garantizar que los derechos humanos sean verdaderamente “universales”, como muchas veces predicamos de ellos. Me inspira saber que la Fundación Friedrich Naumann ha contribuido a que este grupo cuente con mayores herramientas para continuar en esta misión que por vocación hemos elegido. Me motiva conocer que el impacto que tendrán mis compañeras/os en sus propias comunidades y regiones se fortaleció durante un intercambio tomando un café luego de una sesión sobre los valores que nos movilizan en esta tarea, o sobre los límites que encontramos en nuestras propias disciplinas y que queremos superar. Siento un profundo agradecimiento por haber sido testigo de su talento y de sus luchas, y por saberme ahora parte de una red de defensores/as de derechos humanos que hace frente a los fenómenos que listaba al inicio de esta nota.

Valeria Reyes II

Grupo de participantes internacionales en curso de Verano de la Fundación René Cassin en Estrasburgo

© Valeria Reyes

Sobre la autora:

Valeria Reyes, Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Máster en estudios avanzados de Justicia Transicional, Derechos Humanos y Estado de Derecho por la Geneva Academy of International Humanitarian Law and Human Rights. Coordinadora Académica del IDEHPUCP y Profesora de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú.