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Italia
El ascenso del populismo en Italia y el papel de los medios

Un Legado de Control: Cómo el Imperio Mediático y el Populismo de Berlusconi Siguen Moldeando la Libertad de Prensa y la Política en Italia
Salvini, Berlusconi & Meloni

Berlusconi: magnate de los medios, multimillonario y el primer "populista moderno". Cómo moldeó el panorama mediático italiano y cómo su monopolio con sus propias estaciones de televisión y radio lo convirtieron en uno de los hombres más poderosos de Italia. Incluso un año después de su muerte, la libertad de prensa en Italia está siendo abusada y parcialmente amenazada por los populistas de derecha.

Volvamos a 1993: Italia experimentó una de las mayores conmociones políticas del período de posguerra: el escándalo de Tangentopoli. El fiscal Antonio Di Pietro descubrió un sistema de corrupción, abuso de poder y financiación ilegal de partidos, lo que llevó a una reforma electoral integral. El escándalo derribó el sistema de partidos establecido y abrió la puerta a Berlusconi en la escena política.

En ese momento, el entonces Berlusconi de 57 años provenía de orígenes modestos y se había convertido en multimillonario, aunque el origen de su enorme capital inicial sigue siendo incierto hasta el día de hoy. Hay sospechas de conexiones con la mafia, pero estas nunca han sido legalmente probadas.

Mediante métodos cuestionables, Berlusconi logró comprar las tres estaciones de televisión privadas más grandes en las décadas de 1980 y 1990. Incluso antes de que comenzara su carrera política, ya había escándalos y demandas en su contra: la propiedad privada de estaciones de televisión de transmisión nacional estaba prohibida en Italia en ese momento. Berlusconi utilizó sus buenas relaciones con el entonces primer ministro para cambiar la situación legal y así poder retener la mayoría de sus acciones en estaciones de televisión y radio.

En 1994, Berlusconi fundó Forza Italia, un partido fuertemente centrado en su persona como figura de culto. Ese mismo año fue elegido primer ministro después de una campaña electoral sin precedentes. Berlusconi utilizó su extenso poder, incluido su imperio mediático y su propia agencia de relaciones públicas, para ganar a los votantes. Transmitió una sensación de renovación y alimentó sentimientos populistas como "Nosotros, los ciudadanos comunes, contra la élite corrupta".

Gracias a su enorme presencia mediática, Berlusconi pudo sugerir a los ciudadanos inseguros que desmantelaría los sistemas corruptos de Italia. Propagó una narrativa de "nosotros contra las élites corruptas" y prometió que su victoria llevaría a una economía en funcionamiento y a más seguridad. Para su campaña, también ganó el apoyo del entonces director general de Fiat, Agnelli, quien declaró: "Si él pierde, pierde. Si él gana, ganamos todos." Esta típica declaración populista asume una voluntad popular homogénea y unificada. Cualquiera que no quisiera a Berlusconi como presidente era automáticamente excluido del "pueblo" homogéneo.

Tras su victoria electoral en 1994, Berlusconi ocupó el cargo de primer ministro de Italia en cuatro períodos, aunque no consecutivos. Sus promesas de llevar a Italia a un repunte económico, luchar contra la corrupción y elevar el nivel de vida general no se cumplieron.

Berlusconi

Al final de su mandato como primer ministro, Berlusconi dejó el país con importantes desafíos financieros, una alta tasa de desempleo y en una difícil situación económica, influenciada también por una crisis económica global. Su probable "mayor legado" sigue siendo la piedra angular para el populismo "moderno" que existe hoy en Europa. El populismo moderno de Berlusconi se puede distinguir mejor del viejo populismo por su "capacidad de salón". Lo indecible se insinúa repetidamente y finalmente se expresa; en sus apariciones en televisión y radio no había clasificaciones neutrales, lo que hacía posible el endurecimiento gradual de lo que se podía decir. Avivar el odio dentro de la población contra las "élites corruptas" se hizo mucho más fácil, y a través de su fachada burguesa, pudo capturar un grupo de votantes mucho mayor. Tales fenómenos también se pueden observar hoy; a través de las redes sociales con algoritmos perfeccionados, como los de TikTok, los populistas de hoy pueden hacer que lo indecible sea socialmente aceptable sin daños y, finalmente, difundir sus ideas de un pueblo exclusivo y homogéneo sin clasificación de terceros.

Hoy observamos cómo el gobierno populista de derecha bajo Giorgia Meloni intenta restringir la libertad de prensa en Italia. A finales de abril de este año, Gianni Berrino, líder del grupo del Senado, presentó un proyecto de ley que prevé severas sanciones para los periodistas por "difamación" de políticos por parte de la prensa. Aunque esta propuesta rápidamente recibió críticas de izquierda y derecha, incluidas las de sus propios socios de coalición, muestra cómo los políticos populistas en Italia quieren abusar y restringir la libertad de prensa a su favor.

Aunque Meloni hasta ahora ha cooperado con la UE y ha llevado a cabo políticas menos preocupantes de lo que inicialmente se temía en su elección, no se deben subestimar sus políticas y las de su partido. Sus actitudes populistas y nacionalistas representan una amenaza real para la libertad de prensa en Italia. Es crucial que todos los demócratas se mantengan vigilantes y monitoreen de cerca los desarrollos en Italia, ya que las tendencias populistas y los intentos de manipular los medios siguen presentes y podrían socavar gradualmente las garantías de la democracia liberal.