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MENA
La Iniciativa MENA-OCDE, la apuesta por un crecimiento sostenible

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Cuando miramos a África vemos un continente muy diverso, rico en recursos naturales y con una serie de desafíos que no se pueden obviar como los conflictos bélicos, la pobreza o la inmigración, pero cierto es que en los últimos años algunos países africanos están impulsando distintas políticas para dejar atrás esa imagen que desde la otra orilla se tiene y apostar por el crecimiento y el progreso, uniéndose a iniciativas que fortalezcan sus cimientos y les ayuden a alcanzar los desafíos propuestos.

En distintos foros, se viene hablando y reflexionando sobre el gran potencial que presenta este continente, las posibilidades que ofrecen de inversión, la situación estratégica geopolítica de, por ejemplo, los países del norte africano bañados por el mar Mediterráneo, el interés turístico que están despertando o la apuesta que distintos gobiernos están haciendo por el emprendimiento o la educación, cuyos resultados son jóvenes preparados y con ganas de competir en el mercado, una mano de obra cualificada que una Europa cada vez más envejecida va a necesitar. Y junto a todo ello, se aboga por esa la necesidad de que las instituciones públicas y el sector privado tiendan puentes conjuntamente.

Entre los distintos proyectos o programas para apoyar ese crecimiento desde distintas perspectivas destaca la Iniciativa MENA-OCDE. Hace ya nueve años que se creó este proyecto a petición de los primeros, es decir, de los países de Oriente Medio y Norte de África. El principal objetivo, promover políticas que permitan el crecimiento sostenible e inclusivo de la región mediante la colaboración con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sin duda, esa apertura, la reflexión y el análisis de las necesidades que cada país tiene para poder dar respuestas puntuales y concretas y el apoyo y la coordinación para conseguir paliarlas e implementar proyectos repercutirán en el bienestar de sus habitantes.

Esta institución internacional, cuya sede central está en París, nació en 1961, auspiciada por 20 países, aunque tiene su origen en la llamada Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), fundada tras la II Guerra Mundial para coordinar la reconstrucción de la Europa Occidental con las ayudas provenientes de Estados Unidos y Canadá (Plan Marshall).

Actualmente, la OCDE está formada por 38 Estados tras las últimas incorporaciones de Costa Rica, en 2021, y Lituania y Colombia que lo hicieron tres años antes. Su misión, según reza en su página web (https://www.oecd.org/acerca/), es “diseñar mejores políticas para una vida mejor”.

Entre sus distintas actuaciones está, como comentábamos, la Iniciativa MENA-OCDE que incluye a los países de Argelia, Bherein, Djibouti, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Autoridad Palestina, Qatar, Arabia Saudita, Siria, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Yemen.

Desde su creación, se trabaja por un diálogo continuo con el fin de poder intercambiar experiencias y fomentar e impulsar aquellas reformas y proyectos que contribuyan al desarrollo de estos países. Las actuaciones o programas que se están llevando a cabo abarcan sectores e intereses muy dispares como la agricultura, la educación, la gobernanza, el desarrollo económico y social, la inversión y comercio, el emprendimiento, la igualdad de género, el crecimiento verde ayudando al estudio e implementación de políticas ambientales; la inclusión y participación de la juventud…

Desde la OCDE se crean grupos de trabajo para cada una de las áreas que diseñan distintas iniciativas en base a la consecución de los objetivos que se busquen con la participación de los países que forman la región MENA y en los que también se involucran a la sociedad civil y a representantes de los sectores públicos y privados.

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Declaración Ministerial MENA-OCDE

Tras la pandemia mundial de la COVID-19, en el año 2021, se renovó esta Iniciativa comenzando así un quinto mandato que concluirá en el ejercicio 2025 y en el que se comprometían, tal y como se reflejó en la Declaración Ministerial MENA-OCDE, a combatir dicha pandemia “a través de una respuesta global, basada en la unidad, la solidaridad, la cooperación sur-sur y triangular y una cooperación multilateral renovada entre estados, pueblos y generaciones que fortalezca la capacidad y la determinación de los Estados y otras partes interesadas para implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.

Asimismo, en este mismo documento se recoge el compromiso de construir una economía global que tenga como base la equidad, la solidaridad y el diálogo político; reconocen una valoración positiva de la citada Iniciativa sobre Gobernanza y Competitividad para el Desarrollo, “vehículo valioso para promover agendas de reformas efectivas”; y plantean diseñar e implementar un programa de trabajo integral para promover “una recuperación fuerte, resiliente, verde e inclusiva y mejores oportunidades para los ciudadanos” del Norte de África y Oriente Medio.

Una característica importante de la Iniciativa MENA-OCDE es que su puesta en marcha supuso que por vez primera esta organización internacional desarrollara su actividad con los países árabes.

Los desafíos que se plantean en la Agenda 2030 para conseguir un desarrollo sostenible son más que ambiciosos, desde el fin de la pobreza o el hambre hasta una sociedad igualitaria, el consumo responsable o asegurar el acceso al agua y a la energía. No estamos ante retos sencillos, pues somos conscientes de las grandes diferencias y desigualdades que existen en el mundo, pero, sin duda, el fomento de la cooperación entre los distintos países y la puesta en marcha de iniciativas en las que se involucren todos los sectores de la sociedad, facilitarán ese crecimiento sostenible, la apuesta por conseguir llegar a esa meta que pretende que vivamos en un mundo mejor, en un entorno cuidado y protegido.