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Entre desplazamientos masivos, el muro de Trump y deberes humanitarios

¿Qué política migratoria quiere establecer el nuevo presidente de México?
Miembro caravana migrante

Miembro de la caravana migrante en la frontera de Tijuana

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Mientras en Honduras se forma una nueva caravana migrante de 20,000 personas cuyo destino son los EEUU, México y EEUU anuncian un plan de contención para frenar el flujo migratorio proveniente de Centroamérica. La evidente, y ahora pública, cooperación representa un gran obstáculo para el viraje que el gobierno mexicano ha adoptado en temas de migración. Esto, sin embargo, no debería impedir a México concebirse como un país de inmigración.

Recientemente, el Ministerio de Defensa de los EE. UU. puso a disposición un billón de dólares americanos para la construcción de un muro fronterizo en los límites con México. La idea de Trump de un muro se ha visto reducida a una escueta valla. La bien enfocada y sistemática reducción de los cruces fronterizos se remonta a la presidencia de Barack Obama (2009-2017), periodo en el cual las cifras de migrantes en los EE.UU. se redujeron de manera significativa. Debido a esta estricta política migratoria de los EE.UU. y a la situación económica, el número de inmigrantes provenientes de Centroamérica que se quedan estacionados en México ha crecido considerablemente  - incluso si las cifras oficiales no muestran la realidad completa. Surge entonces la pregunta, ¿qué ha sucedido con las llamadas caravanas migrantes que se abrieron paso hacia “el sueño americano” y que desde finales de 2018 han guiado la agenda noticiosa en nuestro país. Sin embargo, es obviado en la cobertura mediática, el hecho de que el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), busca un cambio en la política migratoria de México. Además poco se dice sobre cómo el gobierno mexicano incopora el tema de los derechos humanos en la agenda migratoria.

¿Qué sucedió con las caravanas migrantes?

De acuerdo con Naciones Unidas, alrededor de medio millón de personas cruzan cada año la frontera hacia México. Al respecto, el experto en migración y director de  La Casa de la Universidad de California en México, el Dr. Brown-Gort, subraya que las caravanas de migrantes provenientes de Centroamérica, que particularmente en noviembre del año pasado estuvieron en el foco de la cobertura mediática, no fueron, ni son un fenómeno nuevo. "Tales  movimientos masivos surgieron como una solución racional, ya que los migrantes pueden protegerse mejor como grupo ante la violencia y los problemas de seguridad que enfrentan en camino a los Estados Unidos". De acuerdo con una encuesta realizada por Médicos Sin Fronteras, siete de cada diez migrantes centroamericanos son víctimas de violencia durante su recorrido y una de cada tres mujeres sufre abusos sexuales. En algunos casos, los migrantes son chantajeados, por un lado por los carteles criminales y por otro por la policía. Además de ello, los migrantes irregulares a menudo son arrestados arbitrariamente por la policía y en muchos casos son incluso robados, torturados o maltratados.

La administración de López Obrador, otorgó entre diciembre de 2018 y marzo de este año más de 22,000 "visas humanitarias" a los migrantes de Centroamérica, gran parte de estas visas fueron recibidas por personas de las caravanas migrantes. El objetivo de las visas,  es por un lado regular la migración y evitar las dramáticas escenas de enfrentamientos entre la policía y las caravanas de migrantes que recorrieron el mundo en noviembre de 2018. Por otro lado, las visas tienen el objetivo de garantizar la seguridad de los migrantes, de acuerdo con la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Sin embargo, qué tanto se trata de un acto simbólico o de un cambio real en la política migratoria mexicana. Después de la reciente reunión entre la ex Secretaria de Seguridad  norteamericana, Kirstjen Nielsen, y la Secretaria de Gobernación mexicana, Sánchez Cordero, queda claro que todo puede interpretarse como un mero acto simbólico. Ambos gobiernos acordaron no otorgar visas humanitarias "masivas" en el futuro.

Distanciarse del pasado - ¿Una nueva era en política migratoria?

La política migratoria es un tema en el que AMLO intenta distanciarse de la “vieja política” y crear una nueva era de la política migratoria en el marco de la llamada "Cuarta Transformación de México". Mientras que el gobierno anterior violó derechos humanos fundamentales mediante arrestos y deportaciones arbitrarias, el nuevo gobierno intenta perfilar un cambio en este sentido. Para el Dr.Brown-Gort, esta parece ser una tarea nada fácil teniendo en cuenta que “La forma en que México ha lidiado con los migrantes centroamericanos es en parte lo aprendido por la forma en que EE.UU. ha lidiado con los migrantes mexicanos”.

El gobierno mexicano ha asimiliado ciegamente, una política migratoria similar a la de EE.UU. sin llevar a cabo una reflexión crítica sobre haber internalizado esta política. Un ejemplo de ello es el trato que reciben los migrantes en la frontera sur, donde la actuación violatoria de garantías de las autoridades mexicanas fue incluso más severa que la de sus contrapartes en los EE. UU. Un hecho poco conocido es que bajo el gobierno del ex presidente Peña Nieto, México expulsó a un número considerablemente mayor de migrantes al de las autoridades estadounidenses en un período similar.

La situación descrita anteriormente demuestra la gran contradicción de México: mientras el gobierno mexicano condena con vehemencia en foros internacionales las violaciones a los derechos humanos de sus connacionales en los Estados Unidos, no ha podido proteger los derechos humanos de los migrantes que cruzan su país de la arbitrariedad,  abuso de poder y criminalidad por parte de las autoridades nacionales. Aquí es donde aparentemente el nuevo gobierno quiere comenzar.

¿Qué política migratoria quiere configurar el nuevo presidente de México?

En entrevista para freiheit.org, la experta en desplazamiento y migración, la Dra. Rubio Díaz Leal, resume la situación actual de la siguiente manera “En la narrativa del gobierno de AMLO se aprecia un cambio y una mayor disposición a establecer una política migratoria coherente, integral e inclusiva”.  En este sentido la experta cuestiona en qué medida,  el presidente transformará estas narrativas en planes de acción y en leyes concretas. Los primeras acciones, sin embargo, ya se dejan entrever.

Una novedad en la política migratoria, es por ejemplo, la entrega de visas humanitarias, que por un lado ofrecen una estancia temporal legal a los migrantes y además, un permiso de trabajo y acceso a atención médica. Por otro lado, el gobierno bajo el mando de Andrés Manuel López Obrador, ha lanzado una iniciativa de desarrollo para el sur de México, la cual incluye proyectos de infraestructura, como el "Tren Maya", que pretenden abrir la región al turismo y estimular así la economía. Los migrantes centroamericanos podrán participar en el proyecto como trabajadores invitados. Asimismo, en su primer día luego de su toma de posesión, AMLO aprobó un Plan Marshall mexicano con los gobiernos del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras, El Salvador) para acelerar el desarrollo de la región vecina del sur y combatir así las causas del éxodo.

Migrante centroamericano

Migrante centroamericano sostiene una pancarta de protesta en contra de las políticas migratorias del gobierno mexicano.

El Dr. Brown-Gort ve con beneplácito estos primeros pasos en lo que él llama "la dirección correcta". No obstante, percibe grandes desafíos, sobre todo en términos de financiamiento asociado con una rápida implementación para lograr el "giro de la política migratoria".

El nuevo enfoque busca contrarrestar los flujos migratorios hacia los EE. UU. a través de una "zona libre" en el área fronteriza. La zona franca establecida en enero deberá crear oportunidades laborales al reducir drásticamente el IVA (del 16% al 8%) y el impuesto sobre la renta (del 30% al 20%), así como duplicar el salario mínimo a 176 pesos mexicanos por día. No solo los mexicanos, sino también los migrantes de las caravanas deberían verse beneficiados con estas nuevas medidas.

En los círculos de expertos se hace referencia de manera indirecta a una fuerte cooperación entre Trump y AMLO. En este sentido se discute en qué medida, pese a las diferentes posturas hacia el exterior, existen intereses comunes entre los dos gobiernos, o qué tanto el gobierno de AMLO funge como ayudante del gobierno de los EE.UU. La respuesta a esta interrogante se ha mostrado más claramente luego del reciente acuerdo.

Recomendaciones y perspectivas - México como país de inmigración

Una recomendación conocida, pero necesaria, según la Dra. Rubio Díaz Leal, es el entrenamiento de las fuerzas policiales en todos los niveles (federal, estatal y local). No solo en términos del respeto a los Derechos Humanos, sino también en términos de una investigación adecuada y procedimientos judiciales. La experta en migración también sugiere mecanismos de control a la labor policial para prevenir violaciones a los Derechos Humanos durante las deportaciones de migrantes en la frontera sur de México.

Conclusión: Un cambio fundamental en la política de migración con un fuerte enfoque en los Derechos Humanos sólo puede lograrse si México se concibe a sí mismo como un país de inmigración. Este cambio de perspectiva tiene que ser compartido por la sociedad y sus gobernantes. La experiencia de Alemania muestra que este proceso no es automático y que la política tiene una gran corresponsabilidad, por ejemplo, si existe o no una ley migración moderna en un país y cómo se aborda el tema de la migración.

La fuerza de la sociedad civil mexicana continúa siendo necesaria e indispensable para que México se convierta en una sociedad de oportunidades a través de sus posturas y  su trato a los inmigrantes, considera el Dr. Brown-Gort. El gobierno de AMLO tiene también el desafío de dar forma a esta realidad mediante una implementación rápida y exitosa de una política de migración coherente, a pesar de o de manera conjunta con EE.UU. Desafortunadamente, con el reciente acuerdo entre los dos gobiernos, surgen nuevos obstáculos para un cambio en materia de migración en México.

Diana Luna es Asesora para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad

Texto traducido del alemán por Karina Morales