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Propósito, timón de las ONG

Grupo de personas en un salón

Propósito, timón de las ONG

En un México polarizado, donde la sociedad civil a menudo es vista como "oposición" simplemente por ofrecer perspectivas o datos distintos a los presentados por el Presidente de la República todas las mañanas en su conferencia de prensa, es crucial que las organizaciones de la sociedad civil tengan un propósito claro. La incertidumbre que actualmente prevalece en el país, con una nueva administración en puerta, nos obliga a replantearnos en dónde estamos, qué buscamos y cuál es el papel que queremos jugar, sin olvidarnos de nuestros principios rectores.

En este contexto, asistí al seminario Fortalecimiento de ONG y Think Tanks: liderazgo, estrategia y promoción política, como Directora de Relaciones Institucionales del el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), a la Academy for Leadership (IAF) de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad (FNF) en Gummersbach, Alemania. El IMCO es un think-tank que realiza investigación y análisis de políticas públicas con el fin de aportar datos, análisis y propuestas que ayuden a construir un país más competitivo, sostenible, incluyente y justo.

Este seminario fue una gran experiencia que me aportó muchas herramientas para mejorar e implementar la estrategia de la organización donde trabajo.

De los aprendizajes y las conversaciones que tuvimos, la que más me llamó es el “propósito” como base fundamental de las organizaciones. Identificarlo es una tarea que podrá parecer “sencilla”, pero por eso mismo no le damos la atención ni la importancia necesaria.

Pero, ¿qué es el propósito y cómo podemos aplicarlo diariamente en nuestras organizaciones? En resumen, es el porqué de la organización, la razón de ser, lo que le da rumbo. En nuestras vidas es el porqué nos levantamos todos los días, eso que cada día vamos construyendo.

De acuerdo con la herramienta “Medicine Wheel Tool”, que se usa para encontrar el propósito, este debe de transmitir lo que la organización ofrece al mundo: es inspiradora, fácil de recordar y de comunicar, y se transmite con cada acción, actividad y proyecto que realiza la organización.

Esto desata una serie de preguntas: ¿Siempre tenemos presente el propósito en nuestras organizaciones? ¿Siempre lo consideramos al tomar decisiones administrativas? ¿O para realizar un evento? ¿Inclusive para subir un post en las redes sociales? La respuesta, muy frecuentemente, es que no.

Como líder, siempre hay que tener el propósito presente, dado que somos responsables de las decisiones que se toman dentro de la organización. Debemos ser los principales voceros y defensores de ella, y no podemos asumir que nuestro equipo la conoce: hay que decirla, repetirla y ser congruentes con nuestras acciones. Si nosotros no lo tenemos claro, ¿cómo se lo podemos transmitir a nuestro equipo? ¿Cómo nos aseguraremos que se implementen en cada acción?

Un error común es pensar que el propósito es fijo e inamovible. Los propósitos se modifican, evolucionan, porque el mundo cambia, las personas y nuestras prioridades cambian y siempre hay que cuestionarnos si hoy mi propósito sigue siendo el mismo, o debo adaptarlo a esa realidad.

En el IMCO buscamos enriquecer el debate público al promover un diálogo constructivo basado en evidencia, por lo que es crucial estar en la agenda pública. Pero con tanta información ‒y desinformación‒, con nuevas caras, voceros, actores e intereses, es momento de preguntarnos si hay algo que tengamos que ajustar. Con tanta información es difícil priorizar: tenemos que escoger entre defender la democracia, los derechos o la libertad económica. Es fácil perder el enfoque a gran escala, sumado a la carga laboral y las prioridades personales.

Por eso es muy importante identificar nuestro propósito, revisar que sea el mismo para toda la organización, cuestionar y cuestionar. A veces es importante ir despacio para llegar lejos. Como decía Henry Ford, "Si todos avanzamos juntos, el éxito llegará solo".

Es muy fácil que las cargas de trabajo, lo urgente y, en general, la vida, nos lleven a trabajar en automático, a palomear pendientes. A este ritmo, es fácil olvidar nuestro propósito, el porqué de lo que hacemos. A todos nos pasa, a mí me pasó. Pero es importante detenerse y reflexionar de nuevo sobre los objetivos que buscamos con cada acción, es decir, redescubrir el propósito.

Estas dos semanas que pasé aprendiendo y dialogando, me ha llevado a repensar algunos supuestos y recuperar mi enfoque. Gracias a la Academia, a la fundación, a mis compañeros y a los facilitadores Clinton y Mana por enseñarme e inspirarme, pero, sobre todo, por esta experiencia mágica que aclaró mi propósito.

 

Romina Girón es Directora de Relaciones Institucionales del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Asistió al semanario “Fortalecimiento de ONG y Think Tanks: liderazgo, estrategia y promoción política” en 2024.

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