Tecnología
El Mobile de Barcelona se hace mayor: de los móviles a las redes de telecomunicaciones
Han pasado tres ediciones a medio gas. Desde que en febrero de 2020 fuera la primera gran feria internacional que se suspendió -para sorpresa y críticas de muchos- por la pandemia, el Mobile World Congress que se celebra en Barcelona recuperó en esta última edición su vigor, con más de 85.000 asistentes sin obligación de mascarilla ni test Covid-19 a la entrada. Y la feria volvió con un aire renovado. Entre sus más de 3 millones de metros cuadrados de exposición hubo espacio para los móviles, como no podía ser de otra manera, pero con un protagonismo mucho menor.
En este nuevo escenario, en el que se han dado cita 2.400 expositores y congresistas de 200 países, como informó la entidad organizadora GSMA, se observaron los grandes avances tecnológicos lo que, sin duda, nos hace afirmar que vivimos en un mundo digital. Aunque una reflexión sobre la cuestión nos llevaría a las grandes diferencias existentes entre unos países y otros. Mientras, por ejemplo, los europeos hablamos del 5G o el futuro 6G, las gafas inteligentes, el metaverso, la ciberseguridad o el impacto de la inteligencia artificial… en algunos países africanos tienen dificultad hasta para conectarse a internet. La realidad es que existe una gran desigualdad tecnológica, lo que no ha impedido que precisamente este continente, África, haya asistido a este encuentro tecnológico. Las diferencias entre los países del Mediterráneo en este sector son más que un hecho.
No obstante, como se ha podido ver en el Mobile World Congress, las iniciativas para ir solventando la brecha digital son numerosas. Por ejemplo, en este escenario, Vodafone presentó la primera red móvil por satélite de banda ancha que afectará a toda la región del Mediterráneo. Recordemos también el proyecto llamado “Medusa”, que a través de un cable submarino de fibra óptica conectará a los países europeos del Mediterráneo: Chipre, España, Portugal, Francia e Italia con los vecinos del norte africano: Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto.
Pero volviendo a Barcelona, las principales marcas de tecnología de consumo apostaron por realizar sus grandes presentaciones de nuevos móviles antes de que comenzara la feria, con el objetivo de ganar unos minutos de protagonismo en exclusiva por parte de los medios. Fuentes del sector afirmaron que sacando el foco de los días de Mobile las empresas lograban más exclusividad.
Sin embargo, esta estrategia de puro marketing transformó la feria: de una exposición de móviles y otro tipo de dispositivos ‘wearables’ a un congreso en el que las telecomunicaciones y las redes tuvieron mucho más protagonismo. Las grandes operadoras (Telefónica, Vodafone y Orange, principalmente) agudizaron su ofensiva contra las tecnológicas que no pagan por el uso de una infraestructura en la que ellos llevan años invirtiendo millones de euros. Y aprovechando que la Comisión Europea acaba de abrir una consulta pública para debatir si estas multinacionales deben apoyar a las compañías de telecomunicaciones ahora que llega un periodo de más inversión por el 5G, pusieron el foco del debate en esta cuestión apartando todas las miradas de los tradicionales ‘cacharritos’.
La propuesta de la Comisión Europea incluiría un ‘peaje’ que estas grandes tecnológicas deberían pagar a las operadoras de cada país para contribuir a la financiación de las infraestructuras en redes en Europa. Las operadoras aseguran que su inversión supera los 3,6 billones de euros en infraestructuras fijas desde 2012, un esfuerzo «gigantesco» debido al intenso uso de la red que realiza hoy en día en Europa por plataformas como Google, Amazon, HBO o Netflix, de unas 27 veces más que el que había hace diez años y que supone unos 15.000 millones de euros al año para las operadoras europeas, según sus cálculos.
Como era de esperar, las posibles afectadas se mostraron en contra de la ‘invitación’ de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. Google afirma que los reguladores europeos no han evidenciado fallas del mercado o daño al consumidor que deba conducir a la introducción de «tarifas de red». Además, reivindican que también hacen inversiones muy importantes -las cifran en más de 23.000 millones de euros en 2021, gran parte en infraestructuras-. El problema de estos ‘peajes’ será una subida de precios para los consumidores: «Si a Netflix le cuesta más entregar un vídeo, lo redirigirán a los consumidores», asegura Google.
Y todo ello sin olvidar el contexto tecnológico de despidos masivos que suma ya más de 250.000 trabajadores a nivel global, con Amazon, Meta y Twitter a la cabeza. Su objetivo es reestructurar sus gigantescas organizaciones y, en el caso de Amazon (más de 18.000 despidos), centrarse en su negocio en la nube (Amazon Web Services, AWS) para empresas, el segmento que más alegrías da a la multinacional fundada por Jeff Bezos.
A nivel europeo, los despidos no son tantos. Por ahora una de las pocas contagiadas por los ceses masivos es la firma de software alemana SAP, que anunció el despido de 3.000 trabajadores, el 2 % de su plantilla. De hecho, el Mobile ha servido para que algunas firmas analicen la posibilidad de llevar a Europa su producción, es el caso de HMD Global -empresa finlandesa productores de Nokia desde hace unos años. Así, anunció estar desarrollando capacidades y procesos para traer la producción de dispositivos Nokia 5G a Europa a partir de este año. Aún se desconoce qué país sería la sede, pero los países mediterráneos podrían comenzar a beneficiarse del deseo de muchas firmas por traer de vuelta la producción a Europa en destinos favorables a nivel de empleo.
Google, Qualcomm, Amazon o Vodafone han escogido España para implantar sus centros de más alto nivel. Google instalará en Málaga un centro de ciberseguidad que tiene previsto abrir este año. Vodafone también eligió esta ciudad hace un año para su centro de innovación, aunque se les ha quedado pequeño (ya cuentan con 300 trabajadores, pero la intención es llegar a 600 en cinco años) y acaban de anunciar la apertura en primavera de un nuevo centro de I+D con la Universidad de Málaga. La estadounidense Qualcomm dijo que abrirá en Madrid un centro de investigación sobre realidad extendida. Y Amazon anunció a finales de 2022 la apertura de una región de infraestructura en Aragón en la que invertirá 2.500 millones de euros en diez años y creará 1.300 puestos de trabajo, y cuyo objetivo es permitir a sus clientes almacenar datos en España.
El avance tecnológico es más que una realidad, aunque está claro que las velocidades de unos y otros países son muy dispares y la región del Mediterráneo no es una excepción.