Energía
Túnez y Marruecos marcan la senda de la revolución del hidrógeno verde en Europa
Una fuente sostenible, potente y almacenable
La crisis climática preocupa mucho en Europa, volcada en una transición energética que apuesta claramente por la sostenibilidad y la reducción de emisiones gracias al abandono paulatino de los combustibles fósiles. En el contexto de una Europa libre de emisiones para el 2050, el hidrógeno verde emerge como pieza clave y fundamental pues permite almacenar energía sin necesidad de baterías, de tal manera que pueda liberarse posteriormente de forma controlada.
Gracias al desarrollo de las energías renovables y la electrólisis del agua ya es posible obtener hidrógeno a un precio que aspira a ser semejante al del gas o el petróleo, pero sin emisiones negativas para la atmósfera. Una vez lograda su producción industrial será necesario desarrollar motores para coches, autobuses, tractores, trenes, barcos o aviones alimentados por hidrógeno. Y hará falta un despliegue de “hidrogeneras” que permitan el repostaje de hidrógeno. Pero la ruta ya está marcada.
El hidrógeno verde ofrece grandes ventajas frente a otras formas de energía renovable. A diferencia de la electricidad generada por fuentes eólicas o solares, puede almacenarse y transportarse fácilmente. Esto lo convierte en una opción ideal para abordar los desafíos que enfrenta a la generación eléctrica convencional.
Además, el hidrógeno verde puede ser utilizado en sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte de larga distancia. Su aplicación en la producción de acero, procesos químicos o como combustible para vehículos pesados representa un avance clave en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en áreas donde las soluciones convencionales son de momento insuficientes.
Todavía parece ciencia ficción, pero se espera que estos avances se materialicen en la próxima década gracias a los ambiciosos objetivos planteados por la Unión Europea en su Estrategia del Hidrógeno. En concreto, está previsto que para 2030 se implementarán al menos 40 GW (Gigavatios) de electrolizadores para producir hidrógeno verde, más otros 40 en países vecinos que exporten a la UE. España por su parte prevé instalar antes de ese mismo año 11 GW, el equivalente al 4% del suministro energético total de 2021.
La ruta del hidrógeno hacia la descarbonización pasa por África
En un mundo cada vez más consciente en la necesidad de transitar hacia fuentes de energía más sostenibles, Marruecos y Túnez han emergido como líderes regionales al aprobar recientemente planes nacionales para la producción de hidrógeno verde. Este hito marca un paso audaz hacia un futuro más verde y sostenible, con implicaciones significativas para la economía y el medio ambiente global.
Marruecos, con su vasto potencial solar y eólico, ha lanzado su “Green Hydrogen Roadmap” en 2021, un plan ambicioso que busca aprovechar sus recursos naturales para impulsar la producción de hidrógeno verde. Este enfoque innovador no solo allana el camino hacia una economía más limpia, sino que también fortalece su posición como actor clave en la transición energética mundial.
El país norteafricano cuenta con la ventaja de haber apostado durante los últimos 15 años por las energías limpias, que ya generan el 38% de la electricidad producida y se espera que alcance el 52% en 2030. Con la mirada puesta en el hidrógeno verde, Marruecos busca consolidar su posición como pionero en combustibles sostenibles que podrán ser fácilmente exportables a otros países, como ocurre ahora con el petróleo.
Túnez no se queda atrás en este movimiento hacia la sostenibilidad. Recientemente, el país también ha anunciado su “National Green Hydrogen Roadmap”, estableciendo una visión clara para el desarrollo de la tecnología del hidrógeno verde. Este ambicioso plan demuestra el compromiso de Túnez no solo con la protección del medio ambiente, sino también con el impulso de su economía a través de la innovación y la diversificación energética.
Marruecos y Túnez, con su abundancia de luz solar y una posición estratégica en el Mediterráneo, se convierten así en actores clave en la producción de hidrógeno verde. Este paso estratégico no solo reducirá su dependencia con los combustibles fósiles, sino que también abrirá nuevas oportunidades de inversión y empleo en ambos países.
Europa refuerza su colaboración energética internacional
Europa contempla el hidrógeno verde como la pieza central de su estrategia de descarbonización. Con su red de parques eólicos y solares bien establecida, tiene la infraestructura necesaria para seguir ese camino, liderar su implementación y hacer del hidrógeno verde la nueva revolución energética del siglo XXI. Un camino en el que la colaboración con Marruecos y Túnez puede ser de gran ayuda.
La adopción exitosa del hidrógeno verde en Europa dependerá en gran medida de la colaboración entre naciones y la inversión coordinada en proyectos de investigación y desarrollo. La Unión Europea ya está trabajando en alianzas estratégicas con países vecinos, siguiendo el ejemplo de Túnez y Marruecos, para asegurar el suministro y la producción eficiente de hidrógeno verde.
La visión de ambos países del Magreb para el hidrógeno verde no solo es un triunfo regional, sino una inspiración para Europa y el mundo. El continente europeo está inmerso en una revolución energética y tiene al hidrógeno verde como protagonista de su transición sostenible. Con toda probabilidad, la próxima década será testigo de un cambio transformador, donde Europa, apoyada en el ejemplo africano, abrazará plenamente el hidrógeno verde como una fuente de energía clave para un futuro más limpio, sostenible y brillante.