IAF
Networking, el arte de trabajar en uno mismo para establecer nuevas conexiones
¿Qué implica el networking? ¿Cuáles son las razones por las que lo practicamos? ¿Por qué podemos establecer conexiones más efectivas con algunas personas y no con otras? ¿Existe una estrategia detrás del networking o depende simplemente de estar en el lugar y momento adecuados?
Todas estas preguntas, y muchas más, fueron planteadas y desarrolladas en el seminario de IAF “The Power of Networks: How to Build and Use Them”, el cual se llevó a cabo del 23 al 30 de junio en Gummersbach.
Con un programa basado principalmente en dos pilares: el networking como una habilidad personal y el networking como una herramienta estratégica; y con la participación de los expertos Khadija El Morabit, Presidenta del International Network of Liberal Women; Noah Askin, Assistant Professor de la Universidad de California; Lorenz Deutsch, Director de la Academia Theodor Heuss, y Christine Ho, Coach certificada, así como de Marike y Rainer, quienes fueron nuestros facilitadores; el seminario nos brindó las herramientas para construir, usar y mantener nuestras redes de contactos, tomando como centro el desarrollo de las capacidades del networker.
Como herramienta estratégica, el networking conlleva un trabajo que debe realizarse con antelación. Tener claro cuál es nuestro principal objetivo de crear redes de contactos, qué es lo que queremos lograr para nuestra organización y cómo estas conexiones pueden ayudarnos a cumplir con esa meta es nuestro primer paso, pero no el único. También tenemos que identificar si podemos lograr nuestro objetivo con nuestra red actual o si necesitamos llegar a nuevos socios con nuestras actividades de relacionamiento. Ya sea que busquemos ampliar el alcance de nuestras acciones, realizar incidencia en políticas públicas a nivel local o lanzar una campaña de fundraising, es posible que necesitemos sumar a más organizaciones y tener criterios que nos ayuden a seleccionar y priorizar en quiénes debemos centrar nuestros esfuerzos. Considerando que nuestro tiempo es limitado, es crucial y fue parte de las herramientas que nos brindaron en el Seminario.
Pero, así como nuestro tiempo es limitado, también lo es el tiempo de las personas a las que queremos llegar. Investigaciones sugieren que el creciente volumen de información disponible puede afectar negativamente no solo al bienestar personal, sino también a la toma de decisiones, la innovación y la productividad. En un estudio, por ejemplo, se demostró que las personas tardaban una media de casi 25 minutos en volver a una tarea laboral tras una interrupción del correo electrónico[1]
Si el límite de atención de una persona es limitado, ¿cómo aprovechamos las oportunidades que nos brindan espacios como conferencias y eventos para conversar brevemente con un posible partner, "conectar" y obtener, en el mejor de los casos, una cita posterior para exponer nuestros proyectos, campañas y/o ideas? En este punto, son las habilidades del networker las que entran en juego.
Y aunque pueden haber muchas ideas preconcebidas sobre las habilidades que necesita un networker para ser exitoso –como el ser una persona extrovertida– parte de mi aprendizaje fue descubrir que todas las personas estamos en capacidad de ser “networkers”, siempre que realicemos el trabajo de conocer qué es lo que nos motiva, cuáles son los valores que activan nuestras acciones y cuáles son las ventajas, pero también nuestros puntos de mejora, al establecer ese primer contacto.
[1] Hemp, 2009.
Algunas personas prefieren el trabajo con cifras y el análisis de datos y pueden necesitar más tiempo para decidir; otras, por el contrario, están más orientadas a los resultados, son competitivas y toman decisiones más rápido, lo que conlleva a que sean más inflexibles y a que tengan menos paciencia. Por otra parte, hay personalidades con una orientación puesta en las relaciones, por lo que son más amigables y empáticas, pero les cuesta exponer sus puntos de vista; y otras más centradas en el futuro, siendo que son comunicativas, dinámicas y expresivas, pero pueden tener problemas para ser específicas al momento de comunicarse.
Sea cual sea nuestra orientación personal, es importante detenernos a pensar en cómo nos relacionamos para mejorar nuestras estrategias de comunicación y tener el éxito que buscamos al ampliar y/o mantener nuestra red de contactos. Si bien puede resultar más fácil “conectar” con alguien que comparte nuestros valores, ampliar nuestra red de networking puede llevarnos a identificar organizaciones con objetivos diferentes, pero a las que necesitemos sumar para ampliar el impacto de nuestras acciones. Es importante, entonces, buscar las áreas en común para poder construir relaciones que sumen valor a ambas partes, pero también lo es salir de nuestra zona de confort y tener la disposición de construir dichas relaciones.
Adaptar nuestras estrategias de comunicación a través de distintos tipos de "elevator pitch" que nos sirvan para diversos públicos objetivo – como pueden ser académicos, representantes de asociaciones, funcionarios públicos o empresarios a los que queremos como donantes corporativos – con el uso de la inteligencia artificial, fue otro de los aprendizajes del Seminario. Con herramientas como ChatGPT y Otter.ai, trabajamos en la construcción de mensajes clave para cada una de nuestras audiencias.
Asimismo, la IAF nos permitió usar nuestra imaginación, empatía, curiosidad, sentido del humor y capacidad de escucha activa – todas habilidades importantes al momento de cultivar nuestras redes de contacto - gracias a la diversidad de participantes de distintas nacionalidades que fueron parte del Seminario. Todas y todos tuvimos la oportunidad de poner en práctica estas habilidades en los ejercicios de pares donde cada persona tenía que comunicarse en su idioma y explicar los temas en los que quería seguir ahondando. ¿Pueden imaginarse tratar de explicar en español cómo unir diferentes redes de contactos para trabajar en proyectos de empoderamiento de mujeres jóvenes a una persona que habla Hindi? En mi opinión, si todos hiciéramos este ejercicio, seríamos más conscientes de tener la entonación correcta que acompañe a nuestras palabras, el lenguaje corporal que dé soporte a nuestras ideas y estaríamos completamente presentes mientras nos comunicamos.
En tiempos donde enfrentamos grandes desafíos políticos, económicos, ambientales y de derechos humanos, así como la defensa de nuestra libertad, tener las habilidades necesarias para poder ampliar, mantener y usar nuestras redes de contacto desde la empatía y buscando una conexión genuina nunca ha sido más importante.
Sobre la autora:
Claudia Cortegana es candidata a Maestra en Estudios de Género (PUCP) con más de 10 años de experiencia en la ejecución de proyectos sociales, la gestión de voluntariado, en la gestión de grants y monitoreo financiero. Cuenta con diplomados enfocados en Relaciones Comunitarias y Responsabilidad Social, Género y Masculinidades y ha trabajado en el área de Proyectos de la OIT y de Programas en UNICEF. Actualmente es Office Manager en la Fundación Friedrich Naumann Países Andinos.