Día de la Tierra
Retos en el litoral mediterráneo
La palabra Mediterráneo hace gala de su origen como “centro de la tierra”; escenario y testigo de distintas culturas como la romana, griega, fenicia, cartaginesa, bizantina, así como enclave en el cual se desarrolló y floreció el comercio. Actualmente, es una de las principales áreas turísticas del mundo. La sostenibilidad juega un rol importante, debido a la diversidad de ecosistemas que alberga, y la dotación y uso de sus recursos naturales, la inversión en energías limpias y la reducción de emisiones contaminantes, además de variables relacionadas con la equidad, la justicia y la distribución de la riqueza, entre otras. La economía de los países con litoral mediterráneo, actualmente 21 en total*, viene a representar aproximadamente un 10% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. Aparentemente es un área próspera y rica, pero, en realidad, en ella conviven numerosas desigualdades. Coexisten economías muy avanzadas como la francesa, italiana o española, con PIB per cápita por encima de los 30.000 € anuales, y economías como la de Albania, Egipto, Líbano y Marruecos, que apenas llegan a los 4.000 €, o la economía de Siria, devastada por la guerra, en la que no se alcanzan los 1.000 €. Es de destacar que los países más pobres tienen modelos políticos menos democráticos o desarrollados que los más ricos, y esto se manifiesta en distintos apartados, tales como, por ejemplo, la tasa de escolarización, Francia e Italia superan el 99%, y Marruecos y Siria, apenas llegan a tener tres de cada cuatro niños escolarizados. También lo vemos en el porcentaje de hogares con acceso a internet, al menos, tres de cada cuatro hogares tienen acceso en Francia, España e Israel, pero en Marruecos o Siria no se llega a uno de cada cuatro. Estos mismos países vienen a ocupar las mejores y peores posiciones del índice de desarrollo humano que elabora Naciones Unidas. Todo esto se traduce en menores oportunidades, y una mayor desigualdad.
Para reducir la brecha entre los países del litoral europeo y los del litoral africano-asiático, se hace necesario un fortalecimiento de los derechos civiles, de la justicia, y de la propiedad privada, que impulsen una mayor igualdad de oportunidades, una población con un mayor nivel de formación y una mayor actividad emprendedora. Por ello, el papel de los gobiernos y la justicia es determinante para conseguir el desarrollo sostenible de todos los países. Si bien en España, Francia o Italia, el sistema judicial es lento, en Turquía, Marruecos, Túnez o Egipto el sistema judicial está sujeto a interferencias políticas y falta de independencia, lo cual genera dudas sobre su imparcialidad y eficacia. Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro o Kosovo están realizando reformas judiciales con el objetico de mejorar su independencia y eficacia.
Todos estos países cuentan con sistemas impositivos que gravan la renta personal, la de las corporaciones y el consumo. La excepción es Mónaco, donde apenas se pagan impuestos. La lucha contra el fraude debe ser común en casi todos estos países, que además disponen de una vasta economía sumergida, complicada de calcular, y que se estima desde un 10% en Francia a más de un 40% en Túnez. La organización Trasparencia Internacional desarrolla un índice de percepción de la corrupción, la cual es una rémora o mal endémico en todos estos países, y en especial Egipto, que se sitúa en el puesto 140, de entre los 180 países estudiados. La corrupción es un freno para la libertad individual y el desarrollo de economías prósperas, que se debe combatir de una manera coordinada y enérgica.
El nivel de endeudamiento, también se presenta como un freno para determinados países, como Grecia, con una deuda más de un 200% del PIB. Italia, Portugal, España y Francia también cuentan con un alto endeudamiento.
En cuanto a libre movimiento de bienes y servicios y capitales, en algunos países, tales como Marruecos y Egipto hay ciertas restricciones a la salida de capital. Todos ellos según la estadística del Banco Mundial cuentan con altos niveles de apertura comercial al exterior. Los países con litoral europeo comercian entre ellos y con Reino Unido y EEUU. Mientras que los países con litoral africano-asiático comercializan por regla general con los países europeos, con EEUU y China. Estos últimos países importan maquinaria, productos químicos y alimenticios y exportan principalmente energía. El turismo es la principal industria, que varía su contribución en cada país, alcanzando el 14% en España, Italia y Túnez.
La sanidad es otro factor clave en el cual es necesario efectuar inversiones. Partimos de que Grecia cuenta con seis médicos por cada mil habitantes, España cuatro, Turquía que es un país en desarrollo apenas cuenta con dos, y en Egipto o Marruecos no se llega a uno. La esperanza de vida en España roza los 84 años, mientras que en Turquía apenas llega a los 77 años, y en Libia a los 73 años. Los países del litoral africano-asiático del litoral Mediterráneo, deben de invertir en formación de personal médico y en una mayor dotación de hospitales.
Un mayor acceso a la educación, también nos lleva a un mejor empleo de los recursos. En Italia, Grecia, Croacia, Francia y España se han desarrollado las energías limpias, en el caso francés también hay un porcentaje muy alto de energía nuclear. Mientras que los países del litoral mediterráneo africanos tienen una mayor dependencia de los recursos energéticos de origen fósil. Si bien algunos países, como Marruecos, están haciendo frente a importantes inversiones en el desarrollo de energías renovables. Este debería ser el camino a seguir por el resto de países.
En materia de derechos sociales y civiles la participación de la mujer también es desigual. Mientras en Francia, España o Italia, se trabaja en reducir la brecha salarial y una distribución más paritaria de los órganos en los que se tomen decisiones, en otros países tales como Argelia, Libia, Líbano o Marruecos, las mujeres sufren una fuerte discriminación y violencia doméstica, y apenas un 20% vienen a trabajar fuera del hogar. En Egipto, Grecia, Turquía y Marruecos apenas vienen a representar un veinte por cien del parlamento. Las mujeres legalmente tienen derechos, pero no participan activamente en el trabajo, la sociedad o el poder político en muchos de estos países, generalmente los más pobres. Se deben efectuar avances para obtener una mayor participación de la mujer en la sociedad y en los órganos de gestión. De esta manera los países ganarán en derechos y libertades y serán más prósperos.
En materia de infraestructuras todos los países están efectuando importantes inversiones, aunque no de una manera continua. Por ejemplo, Argelia cuenta con una extensa red de carreteras y ferrocarril, que se ha visto afectada por la reducción de las inversiones en los últimos años. Mientras que Marruecos está construyendo carreteras de alta velocidad, puertos modernos como el de Nador West Med, y un sistema ferroviario renovado.
España, Francia, Mónaco, Italia, Malta, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania, Grecia, Turquía, Chipre, Siria, Líbano, Israel, Egipto, Túnez, Libia, Argelia, Marruecos.
Las economías menos avanzadas de litoral mediterráneo tienen un alto potencial de desarrollo, que deberían aprovechar las élites dirigentes de estos países, para con el apoyo de Europa, conseguir una senda de transformación y desarrollo con una instituciones más fuertes y al servicios de los ciudadanos, posibilitando también el acceso a la educación de una mayor proporción de individuos, invirtiendo en sistemas sanitarios, y desarrollando leyes que protejan a los ciudadanos y a las empresas, tal y como ha ocurrido en países del sudeste asiático y Latinoamérica.