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3 Preguntas, 3 Respuestas
Félix Maradiaga, el líder de la oposición en Nicaragua y ex prisionero político visitó Bruselas

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Nicaragua se encuentra inmersa en un complejo panorama político lleno de preocupaciones en torno a la democracia y los derechos humanos. El presidente Daniel Ortega, quien ha estado en el poder desde 2007, ha enfrentado acusaciones de suprimir la oposición política y sofocar la disidencia. Han surgido informes alarmantes de hostigamiento, intimidación y encarcelamiento de opositores políticos y activistas.

Una figura prominente atrapada en este ambiente tumultuoso es Félix Maradiaga, un destacado defensor de la democracia nicaragüense. En 2021, poco después de anunciar su candidatura para la presidencia de Nicaragua, Maradiaga fue encarcelado. A lo largo de sus 611 días de confinamiento, enfrentó más de 400 interrogatorios, siendo sometido a preguntas exhaustivas sobre todos los aspectos de su vida y actividades políticas. Increíblemente resiliente, utilizó el ayuno como un medio para mantener el control sobre su mente y cuerpo, a pesar de los intentos de los guardias por quebrantarlo mental y físicamente.

A principios de este año, en un giro sorprendente de los acontecimientos, Félix Maradiaga, junto con otros 221 prisioneros, fue liberado y exiliado a Estados Unidos, siendo despojado de su ciudadanía nicaragüense. Tras su liberación, Maradiaga se embarcó en una misión para concienciar sobre la grave situación en Nicaragua bajo el régimen del presidente Daniel Ortega. Su visita a Bruselas el 19 y 20 de julio tuvo como objetivo llamar la atención sobre las violaciones de los derechos humanos y las prácticas no democráticas que aquejan a su tierra natal.

Durante su estancia en Bruselas, Maradiaga interactuó con diversas organizaciones europeas, incluida la Fundación Friedrich Naumann, que apoyó la liberación de Félix, así como los esfuerzos de su esposa, Berta Valle, quien hizo una incansable campaña por su libertad y los derechos de otros prisioneros políticos.

A la luz de estos acontecimientos, le planteamos tres preguntas cruciales a Félix Maradiaga para arrojar luz sobre la situación en Nicaragua y transmitir su mensaje a Europa.

  • Nicaragua es hoy una dictadura. Daniel Ortega es un dictador que ha encarcelado a cientos de personas. Todavía hay 64 prisioneros políticos en Nicaragua, incluido el obispo de una de las principales diócesis de la Iglesia Católica de Nicaragua, Mons. Rolando Álvarez. Más de 3000 ONGs han sido cerradas, incluyendo todas las organizaciones de derechos humanos.

    Los partidos políticos han sido declarados ilegales y se han expropiado 20 universidades. También se ha expropiado la propiedad privada, y más de 700,000 nicaragüenses han sido forzados al exilio, incluidos 316 líderes de la sociedad civil y políticos que han sido declarados apátridas por el régimen de Ortega.

  • En 2021, lancé mi campaña política en la que anuncié mi intención de postularme como presidente de Nicaragua bajo una amplia plataforma de unidad nacional. Fui arrestado en junio de 2021 y pasé 611 días en una prisión de máxima seguridad en condiciones muy inhumanas, junto con otros candidatos políticos. Al arrestarnos, Ortega mostró que no puede ganar elecciones libres y justas.

    Gracias al incansable trabajo de muchos amigos, incluida mi esposa Berta Valle, quien se convirtió en una defensora internacional de mi libertad, fuimos liberados. Quiero reconocer el apoyo de la comunidad internacional en nuestra liberación, incluida, por supuesto, la Fundación Friedrich Naumann.

  • Europa y las instituciones europeas han sido un faro de luz, cuando hablamos de derechos humanos, cuando hablamos de dignidad humana y cuando hablamos de libertades. Entiendo que Europa, desde un punto de vista muy pragmático, está muy preocupada por muchos problemas geopolíticos. El comercio es uno de ellos, especialmente los desafíos que China está planteando en la competencia por materias primas y minerales.

    Pero mi mensaje a los líderes europeos y a la comunidad europea en general es que no podemos, como comunidad global y especialmente como liberales, dejar de lado los derechos humanos y la dignidad humana como un intercambio por intereses comerciales. Entendemos que China tiene un modelo, un modelo autoritario. Y la mejor manera de competir desde una perspectiva europea no es dejar de lado los derechos humanos, sino más bien ponerlos en el centro de la competencia comercial.

  • No podemos, como comunidad global y especialmente como liberales, dejar de lado los derechos humanos y la dignidad humana como un intercambio por intereses comerciales (...) la mejor manera de competir desde una perspectiva europea no es dejar de lado los derechos humanos, sino más bien ponerlos en el centro de la competencia comercial.

    Felix Maradiaga
    Félix Maradiaga

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