ELECCIONES PRESIDENCIALES EN VENEZUELA
La represión contra la oposición se mantiene mientras las encuestas dan esperanza a la democracia
Se espera que millones de venezolanos acudan este domingo 28 de julio a la que se considera la elección más crucial desde que Nicolás Maduro asumió el poder hace más de una década. Estas elecciones encienden las esperanzas de un cambio genuino por primera vez en 25 años. El Chavismo, el movimiento político fundado por el fallecido expresidente Hugo Chávez, está al borde de una derrota significativa en las urnas, mientras que el país atraviesa una profunda crisis política y económica, que ha llevado a una de las peores emergencias humanitarias de América Latina y ocasionado la migración de más de 7,7 millones de venezolanos. En este contexto, aunque destacados políticos liberales como María Corina Machado y otros han sido inhabilitados para postularse en las elecciones, el respaldo de Machado al candidato independiente Edmundo González ha dado fuerzas a la oposición. Las encuestas muestran que González lidera la intención de voto por un promedio de 20 puntos porcentuales, lo que sugeriría una potencial victoria aplastante sobre el gobernante autoritario Nicolás Maduro si la elección fuese justa.
Las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela están programadas para este domingo 28 de julio y el nuevo período presidencial deberá comenzar en enero de 2025, con la actual coalición gobernante aún en el Legislativo hasta fines de ese mismo año. Luego de varios reveses, la coalición opositora "Plataforma Unitaria Democrática" (PUD) finalmente nominó al ex diplomático Edmundo González Urrutia como su candidato. María Corina Machado quien es líder del partido liberal Vente Venezuela y ganadora por una mayoría aplastante en las elecciones primarias organizadas por la oposición en octubre pasado, y posteriormente inhabilitada para postular ella misma, también respaldó a González. El dúo Machado-González ha hecho campaña por todo el país, revitalizando las esperanzas de la oposición. Como resultado, encuestas recientes indican que González lidera por un promedio de 20 puntos porcentuales sobre el gobernante autoritario, Nicolás Maduro, quien busca un tercer mandato. A pesar de las preocupaciones sobre una posible manipulación electoral por parte del régimen, esta gran diferencia le otorga esperanza a la democracia venezolana de que la victoria opositora sea irrefutable. Por otro lado, si bien hay candidatos adicionales en la boleta, estos no se consideran contendientes relevantes.
El difícil camino de la oposición hacia la participación y el apoyo de la comunidad internacional
Debido a la inhabilitación para ocupar cargos públicos impuesta contra María Corina Machado, la ganadora de las primarias opositoras no pudo presentarse como candidata. Tras ello, la primera sucesora de Machado designada por la oposición, Corina Yoris, también enfrentó obstáculos: el sitio web de registro la bloqueó, a pesar de no existir inhabilitaciones legales en su contra.
En medio de varias críticas locales e internacionales, la autoridad electoral venezolana, controlada por el régimen, concedió una prórroga en la inscripción. Y aunque Yoris no pudo registrarse, Edmundo González sí logró hacerlo. En consecuencia, los diez partidos de la coalición opositora acordaron por unanimidad apoyar a González como su único candidato. La presión de la comunidad internacional jugó un papel significativo en esta aparente flexibilidad, las críticas sobre la exclusión de Yoris provinieron de varios frentes. Incluyendo a gobiernos de izquierda, como los de Brasil y Colombia, que decidieron romper su silencio sobre las medidas autoritarias del régimen chavista. Esta semana, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva instó al régimen venezolano a respetar las próximas elecciones, advirtiendo qué:
Maduro necesita aprender que cuando ganas, te quedas. Cuando pierdes, te vas. Tiene que respetar el proceso democrático.
La declaración de Lula fue una respuesta directa a comentarios recientes de Maduro, en los que sugería que Venezuela podría enfrentar "un baño de sangre" si él no gana las elecciones.
Millones de venezolanos en el extranjero sin poder votar
Venezuela tiene actualmente una población de aproximadamente 29 millones de personas, de las cuáles solo 21 millones son teóricamente elegibles para votar en las elecciones presidenciales, tanto dentro como fuera del país. Pero debido a diversas restricciones, como el alto costo de obtener los documentos requeridos para votar en el extranjero (por ejemplo: un pasaporte válido), así como los obstáculos impuestos por el régimen chavista para registrar a los venezolanos que viven fuera, solo 69,211 venezolanos de los 4.5 millones de votantes elegibles que viven en el extranjero están actualmente registrados para votar.
Que esperar el domingo
Hace unos meses, el analista político Antonio de la Cruz esbozó tres posibles escenarios en una entrevista con El Nacional: El primero, el régimen de Maduro podría aceptar la candidatura de González y permitirle competir legalmente. Segundo, González podría participar, pero el gobierno podría manipular el resultado. Y tercero, el Tribunal Supremo podría anular la tarjeta de la Plataforma Unitaria Democrática a través de algún recurso, descartando la candidatura de González. Un cuarto escenario posible, que involucraría la anulación completa o el aplazamiento de las elecciones por un conflicto escalado con Guyana sobre el territorio del río Esequibo, también fue considerado por analistas, aunque parece menos probable. A medida que se acerca la fecha de las elecciones,se espera que prevalezcan las condiciones actuales, lo que mantiene como más plausibles alguno de los tres primeros escenarios.
La estrategia adoptada esta vez por las fuerzas opositoras ha cambiado el equilibrio político en Venezuela. A diferencia de ocasiones previas, cuando se ha denunciado el fraude electoral y boicoteado las urnas, ahora todos los partidos de oposición se han comprometido públicamente a participar en la elección, al margen de potenciales obstáculos. Aunque persisten los temores de que Maduro pueda rechazar o manipular el resultado, el candidato opositor Edmundo González viene liderando la mayoría de las encuestas acreditadas por un promedio de 20 puntos porcentuales. Por ello, se considera que una alta participación podría contrarrestar los intentos de manipulación de resultados.
La Plataforma Unitaria, que respalda a González, ha movilizado a voluntarios para que observen el conteo en aproximadamente 30,000 centros de votación. La ley venezolana permite que cada partido designe un testigo en cada mesa de votación, un papel que ha ganado importancia debido a la limitada presencia de observadores internacionales confiables este año. El régimen venezolano ha retirado la invitación a la Unión Europea para observar la elección y, aunque el Centro Carter, las Naciones Unidas y Brasil están enviando algunos expertos electorales, sus roles son limitados. El martes pasado, la líder de la oposición, María Corina Machado, denunció los obstáculos impuestos por el Consejo Nacional Electoral para dificultar que la campaña de González descargue del sitio web de la autoridad electoral las credenciales para sus testigos de mesa, a pesar de tener acreditados al 98% de estos, el sitio web de dicha autoridad no les permite imprimir las credenciales.
Intensificación de la represión y detenciones arbitrarias en Venezuela
La prohibición contra la candidatura de Machado y otros miembros de la oposición, así como la obstaculización del registro de Yoris, han violado el Acuerdo de Barbados que fue firmado en octubre del año pasado y que requería que el régimen de Maduro garantice elecciones presidenciales libres y justas, además de liberar a los presos políticos. Sin embargo, a pesar de una breve distensión y de un "intercambio de prisioneros" poco después de la firma, el año 2024 inició con nuevos actos de represión, que llevaron al encarcelamiento de muchos más líderes y activistas de la oposición. La ONG Foro Penal informó que actualmente 301 personas están encarceladas por razones políticas en Venezuela. Otras ONG documentaron que hubo alrededor de 71 arrestos arbitrarios en los primeros 10 días de la campaña electoral venezolana. Además, seis miembros de Vente Venezuela se encuentran refugiados en la embajada argentina en Caracas, sin la posibilidad de adquirir un salvoconducto para huir del país, lo que viola también la Convención sobre Asilo Diplomático. Esto refleja una preocupante estrategia de intimidación y represión contra quienes ejercen su derecho a participar en el proceso democrático.
Proyecto de ley "antifascismo": una posible nueva arma para el régimen de Maduro
En medio de las prácticas electorales antidemocráticas del régimen, la Asamblea Nacional ha venido impulsando recientemente un proyecto de ley para una llamada "Ley Antifascista”, la cual facultaría al régimen para reprimir protestas y penalizar a los críticos del gobierno con mayor severidad. Esto podría llevar a que se impongan nuevos cargos criminales contra líderes opositores y ciudadanos comunes que expresen disidencia o descontento en las redes sociales. Además, el régimen ha propuesto otra ley que impondría una sanción de cadena perpetua para aquellos condenados por “corrupción y traición”, lo que muy probablemente resultaría en castigos más severos para los opositores políticos. Junto con el proyecto de ley “antifascismo” y la otra iniciativa dirigida contra las organizaciones de la sociedad civil, se estarían erosionando aún más las protecciones de los derechos humanos y obstaculizando las libertades políticas en Venezuela.
La emergencia humanitaria y la crisis de refugiados
Alrededor de 19 millones de personas en Venezuela carecen de acceso a atención médica y nutrición adecuadas, lo cual se agrava cuando la escasez crónica de electricidad y agua presiona aún más los servicios de salud. En las áreas rurales, la infraestructura deteriorada y la falta de servicios básicos impulsan la migración hacia los centros urbanos. Además, la crisis también afecta la educación, lo que ha dejado a más del 26% de los niños fuera de la escuela debido a enfermedades o falta de servicios básicos, alimentos y útiles escolares. Según estima la Agencia de Refugiados de la ONU, esta situación ha generado que 7,7 millones de personas, alrededor de una quinta parte de la población, huyeran del país. De este grupo, el 84% residiría en América Latina y el Caribe. Se trata de uno de los movimientos migratorios más grandes a nivel mundial, y puede aumentar aún más si las elecciones no traen cambios. Este éxodo masivo ilustra claramente el impacto desastroso de las políticas socialistas de Chávez y Maduro en Venezuela.
Perspectiva económica actual
A pesar de los desafíos económicos persistentes durante las últimas décadas, recientemente el régimen emprendió algunas reformas significativas que han mejorado el panorama económico. En la antesala de las elecciones del 28 de julio, la administración de Maduro hizo de la reducción de la tasa de inflación una piedra angular de su agenda. Para mayo de este año, se estimaba que la tasa de inflación anual era del 60%. Si bien esta cifra sigue siendo muy alta, marca un fuerte contraste con la increíble inflación del 130,000% registrada en 2018. Estas mejoras se atribuyen en gran medida a las políticas de liberalización iniciadas durante ese año, las cuales facilitaron progresivamente un mayor uso del dólar estadounidense. Este cambio efectivamente formalizó la dolarización de facto en el país generada por venezolanos buscando refugio del severamente devaluado Bolívar. Además, el Acuerdo de Barbados facilitó inicialmente el retorno de compañías petroleras extranjeras a Venezuela, fortaleciendo las entradas de capital. En respuesta a las sanciones recientemente renovadas, el régimen se vio obligado a reducir los gastos del gobierno y recurrir a sus reservas para estabilizar los tipos de cambio y la inflación. Si bien estas medidas han podido impulsar las perspectivas electorales de Maduro a corto plazo, su sostenibilidad en medio de las sanciones económicas en curso sigue siendo altamente dudosa.
Desafíos futuros
Estas elecciones en Venezuela marcan un punto de inflexión crítico; sin embargo, los desafíos para este país siguen siendo gigantescos. En este contexto, el apoyo internacional seguirá siendo crucial no solo el domingo, sino también en los siguientes meses y años. Incluso si González gana, el régimen de Maduro podría intentar usar su poder para influir en la transición hacia la democracia. Además, las elecciones parlamentarias se celebrarán el próximo año, por lo que no está claro si el potencial nuevo gobierno podrá implementar las reformas necesarias. Así, la oposición venezolana enfrentará obstáculos críticos más allá del 28 de julio.
Para lograr estos cambios la unidad venezolana será esencial, ya que cualquier fragmentación podría beneficiar inadvertidamente al régimen. Así como un fuerte apoyo internacional incluyendo las políticas de sanciones de EE. UU., la presión de la Unión Europea y el respaldo de los aliados regionales juegan roles fundamentales serán fundamentales para el futuro venezolano.
Las elecciones presidenciales en Venezuela son un punto de inflexión: la esperanza de democracia es palpable. La voluntad del pueblo debe respetarse y la represión contra la oposición debe terminar.
La resiliencia de la oposición y el respaldo de la comunidad internacional son vitales para apoyar las aspiraciones democráticas de Venezuela. Pese a los desafíos, la determinación del pueblo venezolano de reclamar por sus derechos democráticos y reconstruir su país sigue siendo firme.