Uruguay
Cambio de poder en una democracia estable: Yamandú Orsi es el nuevo presidente de Uruguay
El pasado domingo 24 de noviembre, los casi 3,5 millones de uruguayos eligieron en segunda vuelta a Yamandú Orsi como presidente del país para los próximos cinco años. Uruguay, un faro de estabilidad democrática en la región, constituye un caso excepcional frente a la creciente polarización a nivel regional y mundial. El país presenta bajos niveles de polarización, tanto desde una perspectiva política y ideológica -sin candidatos extremistas con posibilidades de gobernar-, como desde una perspectiva social.
Tras cinco años del Partido Nacional, el Frente Amplio vuelve al gobierno
Yamandú Orsi, candidato de la coalición de izquierda Frente Amplio, ha ganado con el 49,8% de los votos, superando al candidato del Partido Nacional Álvaro Delgado, quien alcanzó el 45,9%, con más del 98% de los votos escrutados. Orsi, de 57 años, será por lo tanto el cuarto presidente en la historia del Frente Amplio. El profesor de Historia y ex intendente de Canelones, que asumirá el cargo el 1 de marzo de 2025, cuenta con el apoyo y respaldo del expresidente José Mujica. Su carrera política comenzó en el departamento de Canelones, limítrofe con Montevideo, donde se destacó por su capacidad de gestión y su conexión con los comités de bases populares.
En la primera vuelta del pasado 27 de octubre, Orsi obtuvo el 43,7% de los votos, lo que lo convirtió en el candidato mejor posicionado de cara a la segunda vuelta. Durante su campaña electoral destacó la importancia de la honestidad y propuso políticas centradas en la lucha contra la pobreza infantil, la expansión de la educación infantil y la creación de más escuelas de jornada completa. Su mensaje ha sido el de promover un cambio gradual, manteniendo la estabilidad que caracteriza a Uruguay.
El Partido Colorado, partido liberal, obtuvo un buen resultado en la primera vuelta electoral, logrando el 16,1% de los votos, que no le fue suficiente para llegar a la segunda vuelta por la presidencia. Sin embargo, el buen resultado electoral le permitirá desempeñar un papel clave en el Parlamento. La razón es que, por primera vez, el Frente Amplio no tendrá mayoría parlamentaria. Aunque la coalición de izquierda tendrá 16 de los 30 senadores (17 si se incluye a la futura vicepresidenta Carolina Cosse) y, por tanto, mayoría en el Senado, no va a tener mayoría en la Cámara de Diputados, donde contará con 48 diputados, dos menos de los 50 necesarios para garantizar la aprobación de las leyes que apoya.
La alternancia en el poder de los partidos políticos en el país reafirman su funcionamiento democrático. Tras 15 años de gobierno del Frente Amplio, Lacalle Pou asumió la presidencia. Tras estos últimos 5 años, Yamandú Orsi tiene la responsabilidad de liderar el próximo gobierno del Frente Amplio. Lacalle Pou, si así lo quisiera, tendría la posibilidad de ser candidato en las próximas elecciones, tras dejar su cargo con un elevado porcentaje de aprobación durante su mandato. La reelección inmediata no es constitucionalmente posible en Uruguay.
Uruguay libre de polarización política
A diferencia de la mayoría de los países de América Latina, los dos candidatos que se enfrentaron en la segunda vuelta electoral, Yamandú Orsi y Álvaro Delgado, no promovieron discursos radicales, no amenazaron a las instituciones democráticas, y reconocieron a sus adversarios políticos como rivales legítimos y no como enemigos. Este respeto mutuo, reflejado en la confianza y respeto de las instituciones del país, refuerza la reputación de Uruguay como una de las democracias más sólidas del mundo, por delante de países como el Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
En una región donde a menudo no se acepta la victoria de los adversarios políticos, Uruguay posee una cultura política que facilita el reconocimiento y la aceptación de los resultados electorales. Lacalle Pou de inmediato se contactó con Yamandú Orsi para ponerse a disposición para comenzar a trabajar en una transición de gobierno seria y sin sobresaltos. Gracias a un sistema electoral independiente y confiable, Uruguay en raras ocasiones experimenta protestas violentas, enfrentamientos polémicos, o disputas familiares por diferencias políticas.
La solidez de las instituciones y la cohesión social son los pilares de la cultura política y social del país. Según el Banco Mundial, Uruguay tiene el menor nivel de desigualdad de América Latina y la clase media más grande de la región, que representa más del 60 % de la población. Este contexto es acompañado por políticas públicas sólidas, como un sistema de salud universal, seguro de desempleo y ayudas para el cuidado de niños y ancianos. La corrupción también es baja en comparación con el resto de los países de América Latina, lo que fomenta la confianza en las instituciones públicas.
El ejemplo de Uruguay demuestra que para superar la polarización no sólo se requiere un liderazgo político moderado, sino que también son necesarias instituciones sólidas y políticas públicas que reduzcan la posibilidad del surgimiento de líderes polarizantes. La democracia uruguaya no es casualidad, sino que es el resultado de un esfuerzo colectivo por construir una sociedad inclusiva y resiliente, que antepone los intereses del país por sobre todas las cosas.
Uruguay como socio estratégico de Alemania
La estabilidad política y social del país hace de Uruguay un socio estratégico interesante para Alemania, con un gran potencial para ampliar la cooperación política y económica.
Uruguay tiene por objetivo convertirse en un centro de innovación en la región. Para ello, ha creado un entorno favorable para atraer inversiones con incentivos fiscales (por ejemplo, la ley de zonas francas) que permiten el establecimiento de centros logísticos y tecnológicos regionales. También hay incentivos para que las empresas trasladen sus operaciones al país (como es el caso de Google y Microsoft, que han establecido centros regionales de operaciones en el país). Así mismo, existen potenciales puntos de interés para las empresas alemanas en el ámbito de las energías renovables. Por ejemplo, el 98% de la energía generada en el país procede de fuentes renovables.
Conclusión y perspectivas
Yamandú Orsi será el presidente de Uruguay durante los próximos 5 años. El resultado electoral refleja un país prácticamente dividido en dos mitades políticamente, pese a este panorama, el país está lejos de la polarización que es tendencia creciente en el mundo. El cambio consolida la estabilidad política y social de la única democracia plena de la región. Uruguay sigue siendo un socio político y económicamente atractivo para Alemania y Europa. Este potencial debe aprovecharse antes de que los competidores geopolíticos y económicos lo hagan, especialmente China. Esto incluye, en particular, la prolongada finalización del acuerdo Mercosur - Unión Europea.