Diálogo Mediterráneo
Los países del sur del Mediterráneo, plataforma fiable y atractiva de la industria europea
El entorno económico mundial sigue siendo volátil. Y los países europeos tendrán que lidiar durante la próxima década con interrupciones recurrentes, incertidumbres persistentes y por lo tanto navegar caminos turbulentos.
Cierto, Europa se está inclinando hacia el equilibrio entre la eficiencia y la resiliencia. Esta inclinación, se verá reforzada, cada vez más, por la creciente necesidad de acercar la producción de los sectores estratégicos al lugar de consumo, en Europa.
En este sentido, el potencial de los países del sur del Mediterráneo, como parte de un ecosistema triangular ¡es incuestionable!
BARRERA DE CONTENCIÓN Y PUENTE ECONÓMICO ENTRE EUROPA Y ÁFRICA
La posición geográfica estratégica de los países del sur del Mediterráneo no solo los convierte en una barrera de contención para Europa contra el extremismo y las rutas de inmigración ilegal, sino también un vínculo vital con el continente africano. Un continente joven compuesto de 54 países y un PIB global de 2.7 billones de dólares.
La población africana actual, es de alrededor de 1.200 millones, y se prevé que se duplique en los próximos 30 años. Lo que convertiría África en una excepción en un mundo de crecimiento demográfico lento.
Un continente donde las crisis económicas se acentúan, las desigualdades se profundizan, los desafíos ambientales se multiplican y, por supuesto, los desastres geopolíticos. Multitudes de factores que están impactando el continente africano, impulsando así salidas hacia Europa, en busca de seguridad y prosperidad.
Conscientes desde años, de estas tendencias demográficas, y de la importancia del desarrollo de África para el futuro de la prosperidad europea, los países del sur del Mediterráneo destinaron acertadamente cantidades considerables de recursos, en proyectos estratégicos, a fin de posicionarse como puente económico entre los dos continentes, europeo y africano.
El puerto marroquí Tanger-Med se ha posicionado como una importante plataforma logística intercontinental y es considerado uno de los puertos más eficientes del mundo, según un estudio reciente realizado por el Banco Mundial.
No lejos de Tánger, Casablanca está clasificada como el principal centro financiero de África, ofreciendo a las empresas internacionales una base de operaciones en el continente a través de la Ciudad Financiera de Casablanca (CFC).
A la otra esquina del sur del Mediterráneo, arranca La Autopista Trans-africana promovida por Egipto y que conectará El Cairo con la Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Un recurrido logístico de 10.228 km cruzando Egipto, Sudán, Etiopía, Kenia, Tanzania, Zambia, Zimbabue, Botsuana y Sudáfrica.
Y en cuanto a las infraestructuras energéticas, los gasoductos continentales e intercontinentales, promovidos por Argelia, son de gran relevancia no solo para países de la otra orilla del Mediterráneo, pero también para determinados países en el continente africano que desean conectar sus recursos energéticos con la infraestructura energética europea.
PLATAFORMA FIABLE Y ATRACTIVA PARA LA RELOCALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA EUROPEA
Excepto Libia, por razones obvias, el resto de los países de la orilla sur del Mediterráneo han recorrido un largo camino en los últimos años. Han mejorado las estructuras productivas de sus economías y se han preparado para una potencial ola de relocalizaciones, que ya se veía en gestación, años antes de la pandemia.
Túnez, Egipto y Marruecos, navegaron con certeza una política industrial de partenariado internacional, con el objetivo de minimizar los riesgos y así estimularon segmentos comerciales estratégicos.
En Túnez, por ejemplo, las empresas de outsourcing ya están presentes en la cadena de valor de varios sectores de actividad, y cuentan con importantes ventajas comparativas en sectores muy sofisticados como la aeronáutica, la electrónica y la industria farmacéutica.
Egipto por otro lado, ha experimentado en los últimos años un progreso notable en la provisión de infraestructuras. El estado egipcio, ha invertido masivamente en la mejora de la productividad a través del transporte y logística. Una de esas inversiones, que cambiará la productividad del país, es la inversión en el sistema ferroviario, que está construyendo la multinacional alemana Siemens. Un sistema moderno e integral de más de 2000 kilómetros uniendo 60 ciudades. Aún más, el sector de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es el sector que más rápido ha crecido en Egipto este año, atrayendo gigantes como Amazon, IBM, Uber y Microsoft.
Como otras partes del mundo, Marruecos ha aprendido del capitalismo asiático. Un capitalismo pragmático, incremental, orientado a la exportación.
El Grupo Renault apostó por Tánger para fabricar su nuevo coche eléctrico, y el pasado marzo el fabricante japonés de cables eléctricos y de fibra óptica Sumitomo anunció el traslado de su producción de Ucrania a Marruecos, debido a la guerra en Ucrania. Lo que ha sucedido en el sector del automóvil en Marruecos durante los últimos diez años es absolutamente excepcional. Marruecos no solo se convirtió en el primer exportador de automóviles de África, también ha superado a muchos países europeos, entre los que se encuentran Portugal, Holanda, Finlandia, Belgica, etc.
Marruecos ya es conocido por tener sectores bastante consolidados como el sector textil, el sector turístico y el sector agrícola. Lo que menos se sabe, es que hoy, el primer sector de exportación de la economía marroquí es el sector automovilístico. De hecho, se prevé que alcance el 24% del PIB este año.
Marruecos no solo se ha beneficiado de la relocalización internacional de la industria francesa, pero también de la expansión de los fabricantes asiáticos.
Unos años después de la instalación del Grupo Renault en Tánger y el Grupo Peugeot Citroën (PSA) en Kenitra, Marruecos hoy se prepara para albergar dos de los grandes fabricantes asiáticos: Hyundai y BYD.
Por supuesto, ¡hay muchas cosas que mejorar!
Pero lo que es cierto es que los países del sur del Mediterráneo son parte del ecosistema europeo y que se están consolidando, cada vez más, como plataforma fiable y atractiva para la relocalización inminente de la industria europea.